¿Cómo son los usuarios del carril bici de Madrid a Colmenar Viejo? ¿Son verdes y con antenas? ¿Por qué no van en coche o en bus, como todo hijo de vecino? ¿Qué se les ha perdido sobre el asfalto pintado de color granate? ¿Por qué no quieren gozar de las comodidades de la vida moderna que les ofrecen los cuatro carriles que hay a pocos metros de distancia? Pero... ¿¿de qué van??
Sí. Ha llegado la hora de contestar estas y a otras preguntas.
Tras haber estado corriendo y pedaleando medio año por el carril bici, creo que me hago una cierta idea del perfil de sus usuarios.
Una primera clasificación sería diferenciar entre corredores y ciclistas. En principio un carril bici, al menos por su nombre, tiene más pinta de ser usado principalmente por ciclistas.
Y es cierto. Pero sólo cuando hace buen tiempo.
Veamos todo esto con más detalle:
1) CiclistasMomentos de mayor afluencia:Durante el verano hay muchos ciclistas que usan el carril bici. Aunque no me he puesto a contar, la mayoría usan bicicleta de carretera, no llevan mochila y van vestidos como los ciclistas de la tele (por lo que presumo que van en bici por deporte). A los ciclistas que encajan con este perfil a menudo los veo pedaleando en grupo (supongo que porque se apuntan a clubes deportivos). Por lo general van con cara de velocidad y parece que van más concentrados que un empollón de los que se sientan en primera fila durante una clase de ecuaciones en derivadas parciales. Suelen ser buena gente y algunos cuando me ven corriendo me dedican palabras de ánimo que son más que bienvenidas.
Una minoría, aunque representativa, viste de calle, lleva alguna mochila o alforjas con sus cosas y usan una amplia gama de bicicletas (de carretera, de montaña, de paseo...). Los que se incluyen en este grupo supongo que van a trabajar o a la universidad, pero sin preguntar es difícil saber. Estos ciclistas suelen ser ciclistas «solitarios», y no los suelo ver en grupo. A menudo se les ve con cara de ca**rse en todo lo que se menea, como el que dice «a ver si llego ya de una p**a vez». Pero ahí están día tras día. Algunas caras me suenan, y deben de ser asiduos (como por ejemplo un señor con bigote). También son buena gente: por ejemplo,
el día que murió Platero uno me preguntó pasando que si estaba todo bien. Yo dije que sí (claro, no iba a preguntarle que si tiene un cuadro de repuesto...), y aunque en realidad no estaba todo bien, fue un detalle amable por su parte preguntar.
Hasta la fecha no he visto nadie con
bicicletas reclinadas, lo cual no quiere decir que esporádicamente no pase alguno.
La inmensa mayoría de ciclistas usan el carril bici de día. Calculo, a ojo, que cada hora diurna hay unos 50-100 ciclistas que pasan por El Goloso.
Momentos de menor afluencia:Durante el invierno y los días de mal tiempo hay muy pocos ciclistas (de ambos grupos). Quizá pase por El Goloso uno o dos por hora (los que me solía cruzar en invierno cuando iba o venía de la universidad).
En todo este tiempo, no recuerdo haber visto ningún ciclista después de las 23h (sí, hay veces que termino tarde en el laboratorio y me marcho pasada la media noche... por eso lo sé). Alguno he visto después de las 21h, y hubiera agradecido que llevara luces.
2) CorredoresLos corredores son menos si hacemos la media anual. Suelo ver uno o dos por hora,
grosso modo. Pero, a diferencia de los ciclistas, suelen utilizar el carril bici de forma más o menos constante a lo largo del año. Es decir, veo uno o dos por hora, pero esta cifra se mantiene ya sea invierno o verano, tanto si hace sol como si caen chuzos de punta. Parece ser que la adicción a correr es más fuerte que la adicción a pedalear.
Por lo general no veo a muchos corredores nocturnos, pero tengo la impresión de haber visto a más corredores que ciclistas a partir de las 21h.
Normalmente cuando veo corredores suelen ir en solitario (como yo). De vez en cuando (rara vez) por parejas. Pero hay una excepción notable: en invierno, a eso de las ocho e la mañana, se ven a menudo corredores en grupos de diez o doce. A juzgar por el tanque que llevan dibujado en el dorso de la ropa, son militares de El Goloso, que salen a correr. No sé si por placer o por obligación, pero ahí suelen estar. Les he visto tanto a la altura de Tres Cantos como a la entrada de la UAM. En verano no me los he cruzado, aunque también es cierto que últimamente no salgo tan pronto como antes.
Por lo tanto, durante el verano el carril bici es usado por una inmensa mayoría de ciclistas, mientras que en invierno hay una ligera mayoría de corredores.
3) PaseantesHay un cierto número de paseantes que me cruzo de vez en cuando. No todos los días, pero sí todas las semanas (como mínimo). En este cálculo no incluyo los numerosos paseantes que van de las instalaciones militares de El Goloso a la estación de cercanías de igual nombre. Normalmente les veo en la parte del carril bici que bordea Tres Cantos, aunque no es raro verlos entre Tres Cantos y El Goloso. Alguno ya me suena de haberlo visto varias veces. Donde sí que no suelo ver paseantes es entre las instalaciones militares y la UAM (es decir, el tramo de carril bici que hay en medio de la carretera de Colmenar).
Los paseantes que suelo ver son hombres de cuarenta o cincuenta años para arriba, aunque alguna vez he visto alguna mujer (también con
'taitantos).
En principio, como ya conté, el carril bici de Madrid a Colmenar Viejo constituye
parte del camino de Santiago desde Madrid. Por lo tanto es de esperar que algún paseante sea un peregrino en sus primeros pasos hacia Galicia. Aunque yo esperaría ver a esta gente con mochila, y no recuerdo haber visto a mucho paseante con equipaje. Pero algún peregrino hay seguro, eso sí.
4) CurrantesSí, de vez en cuando se ven a currantes por el carril bici. Suele haber una furgoneta cerca (ya sea en la carretera o sobre el propio carril) y suelen llevar chalecos reflectantes a más no poder. Esta mañana, por ejemplo, he visto a unos cinco empleados de mantenimiento a la altura de la Gran Cuesta (hacia el km 5.20
SRTC). Estaban recogiendo botellitas de plástico y demás guarradas que algunos indeseables tiran desde la ventanilla de sus coches y que se acumulan ahí (hay que decir que no todos los indeseables son conductores, también he visto cámaras de aire de bicicleta tiradas a los lados del carril, cuando se podían haber guardado perfectamente hasta encontrar una papelera). Es la primera vez que veo que se limpia el carril bici desde que empecé a usarlo, pero ha sido una grata sorpresa ver que el Ayuntamiento presta atención a estos detalles.
Otras veces están arreglando cables o postes de la luz. También vi una vez a algunos pintando el carril bici enfrente del Hotel Foxá (ahora está mucho más bonito) y poniendo cemento en la conexión con el puente que viene de la estación de cercanías de Tres Cantos (antes era un tramo de tierra batida).
5) OtrosCreo haber descrito ya prácticamente todos los usuarios de la especie
Homo sapiens que transitan por el carril bici. Sin embargo, cómo no, siempre se me escapa alguno. Por ejemplo, en la categoría «otros» incluiría un patinador que vi una vez poco después del puente rojo del sur de Tres Cantos (viniendo desde Tres Cantos). Iba acompañado por un amigo que iba corriendo, y ya estaba anocheciendo.
ConclusionesNunca he visto a ningún hombrecillo verde con antenas por el carril bici. Todos aparentan ser gente normal (aunque las apariencias engañan, porque uno se puede encontrar a gentuza como el autor de este blog, y aparecer luego en
internés).
... Por lo cual intentaré mandar desde aquí un mensaje a la inmensa mayoría que se desplaza por la motorizada carretera en lugar de por el carril bici: en muchos casos (en todos no, ya lo sé, pero en muchos sí) es perfectamente posible ir por el carril bici a vuestro destino a Alcobendas, Tres Cantos, la UAM o el norte de Madrid. Sólo hay que acostumbrarse. Y es estupendo ver lo diferente que pueden ser las cosas a otro ritmo y
fijarse en los gordolobos,
en los hitos del camino de Santiago y en los jabalíes que siempre han estado allí aunque no se vieran a noventa por hora.