Un blog personal sobre el carril bici que une Tres Cantos con Madrid y Colmenar Viejo.

lunes, 26 de abril de 2010

A esa minoría cochina

Ya he hablado en su momento de los jabalíes del carril bici. Salen por las noches para comer bellotas de las encinas y huyen despavoridos cuando se acerca alguien en bici.

Hoy me apetece hablar de otra especie, no muy lejana a los jabalíes: los cerdos. Pero estos cochinos son más humanos de lo que parece. Resulta que, entre los miles de ciclistas que se animan a usar el carril bici ahora que empieza el buen tiempo, probablemente uno de cada mil es un marrano sobre ruedas. No es mucho, pero es suficiente como para encontrarse cosas como esta por el carril:



sábado, 3 de abril de 2010

Perros del carril bici (y iii)

Me comentaba Oli que seguro que dejo lo mejor para el final. Y efectivamente así es, porque aquí llega, en exclusiva desde las cercanías de Colmenar Viejo, la tía buena del carril bici... ¡en bolas! Bueno, quizá aquello de «lo mejor para el final» sea principalmente para Rex, el Dálmata y el Amigo del Dálmata. A nosotros no nos hará tanta ilusión, porque somos de la especie equivocada.



Como ya se dijo
- No me comprendes, ¡Soy un humano!
- Nadie es perfecto...


¿Cómo estoy tan seguro de que es una mastina?

jueves, 1 de abril de 2010

Paseando al perro en bici

Voy a aprovechar la temática de los últimos días para hablar de perros en otros carriles bici.

Mientras que en España ir en bici es algo que se hace los fines de semana en el parque, o los puentes en la sierra, o el verano en el pueblo (y siempre disfrazado de Indurain)... hay otros países donde ir en bici es algo muy natural y hay hasta quien va en vaqueros o con traje. La gente no sólo va al trabajo o a la escuela en bici. Algunos van más allá e incluso sacan el perro a pasear en bici (algo que yo ya no recomendaría), como en la foto que aquí os pongo y que saqué en Dublín el pasado 27 de junio:



Está claro que el perro así hace el ejercicio que necesita o más. Si además toma batidos de proteínas, acabará por ser un perro cachas. Lo que ya no sé es qué le pasará al ciclista si aparece una perra por ahí o un gato. Probablemente una de dos: o acaba con un buen raspón... o se apunta a ciclismo de obstáculos.