Un blog personal sobre el carril bici que une Tres Cantos con Madrid y Colmenar Viejo.

viernes, 31 de diciembre de 2010

El reto chocolatero - 582 km

¡¡Feliz 2011!!



Hace tiempo que os debo una actualización sobre el reto chocolatero. Ya apenas faltan 31 días para el final, y aunque llevo más de la mitad, se me está poniendo cuesta arriba. Está claro que un reto es un reto, y eso es lo que tiene de interesante. Pero el hecho es que entre los dos viajes que he hecho este mes (viajes a los que no me he llevado Rocinante) y el trancazo que me cogí hace unos días... apenas estoy pedaleando. Llevo unas semanas en el kilómetro 582.

Pero no os frotéis aún las manos, que no hay que cantar victoria tan rápido. En cuanto me reponga del trancazo este voy a empezar a pedalear, incluyendo fines de semana si hace falta, así que no está tan claro que vaya a haber chocolate para todos, jeje.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

pedaleantes por el mundo (I) - Véneto

Esta es la primera entrada que redacto íntegramente en el autobús, que me voy al extranjero por Navidad. No es que me vaya muy lejos, que me voy a Portugal, pero me salgo del mapa del tiempo, y para celebrarlo, inauguro una sección: pedaleantes por el mundo. O dicho de otra manera, usos y costumbres bicicleteras de otros países que llamarían la atención a un pedaleante español. Otras formas de ver la misma cosa. (Nótese que ya he publicado alguna entrada que bien podría estar en esta sección, como los dublineses paseando al perro en bici).

Yendo al grano, hoy quiero hablar de la bicicleta en Véneto, esa región de Italia cuya capital es Venecia. En Venecia, como es lógico, la bici no tiene mucho éxito, pero en el resto del Véneto la bicicleta es un medio de transporte serio y respetado. Probablemente la orografía de gran parte de la región (es decir, la llanura Padana) tiene algo que ver con el hecho de que no pocos vénetos octogenarios emplean la bici (los octogenarios madrileños lo tienen más difícil).

De hecho, en el Véneto la bici es un medio de transporte normalísimo, y no es que los conductores sean más precavidos (¡puf!), ni las infraestructuras mucho mejores que en Madrid (sí, los carriles bici son un poco mejores, pero tampoco os creáis que son la panacea universal, porque están muy mal cuidados... todo hay que decirlo).

Curiosamente, en Madrid se pueden dividir los ciclistas regulares en dos categorías principales: los deportistas y los ecologistas (yo me autoincluiría en ambos grupos). En Véneto (como en muchos otros sitios muy llanos, como Holanda) los ciclistas son tan variados que abarcan casi cualquier persona. Y para muestra, aquí os dejo una foto que hice donde se ve en Padua una mujer de "taitantos" (probablemente no muy deportista) pedaleando con su abrigo de piel (por lo que probablemente tampoco sea muy ecologista):



Ahí queda eso.

¡¡Felices fiestas!!

lunes, 13 de diciembre de 2010

Corriendo y pedaleando con Cosme

Hace tiempo que quiero poner una entrada para presentaros al nuevo compañero de piso, Cosme.



Ya le mencioné hace poco (ya que, junto con Lola, está apuntado al reto chocolatero en su versión canina, que consiste en un hueso de cuero), y ya ha aparecido en Jamón verde

Cosme es un hermoso (y travieso) cruce de mastín con pastor alemán que tras quedarse en el paro (tenía contrato indefinido como vigilante de seguridad en un jardín, pero... cosas de la crisis) se ha venido con nosotros el pasado mes de septiembre. Ahora está haciendo unos cursos del INEM para ser perro urbano, y de vez en cuando sale a correr conmigo. Unas veces voy corriendo con él, y otras voy montado en Rucio por el Parque Central.

Ir en bici con un perro es más fácil de lo que pensaba. A Cosme le gusta mucho tirar (aunque tras un cursillo intensivo ya sabe controlarse), y pensaba que sería muy fácil para él desequilibrar la bici. Sin embargo, tras hacer unas pruebas, vi que la bicicleta en marcha tiene suficiente estabilidad como para aguantar sus tirones (aunque si apareciera un gato igual la cosa cambiaba) atando su correa al trasportín de la bici.

Correr se hace ya más complicado si uno no tiene el equipo adecuado. Más que nada por las leyes fundamentales de la física: ni mi centro de gravedad está en mi mano (que es lo que sujeta la correa), ni el centro de gravedad de él está en el cuello, que es donde tiene el collar. Pero recientemente he descubierto el canicross, un nuevo (nuevo para mí, quiero decir) deporte en que humanos y cánidos se complementan para quemar grasas y liberar endorfinas.

No es sencillo encontrar quien venda el equipo adecuado para hacer canicross, y desde luego no es lo más barato, pero la Pingüina Veloz, ilustre canicrossera, ya me ha recomendado el mejor sitio en el que hacer tamaña inversión.

¡Os tendré informado sobre nuestras aventuras!