Un blog personal sobre el carril bici que une Tres Cantos con Madrid y Colmenar Viejo.

domingo, 22 de abril de 2012

Réquiem por Rocinante

Sí, amigos, parece ser que los días de Rocinante (la bici de carretera que adopté hace dos años y medio) han llegado a su fin.

El bicicletero forense que le hizo la autopsia señaló lo siguiente en el parte como causa del óbito:

«desgaste puro»


Y es que le estaba metiendo unos ochocientos kilómetros mensuales. Tampoco son tantos, es lo que sale con los 18 km de ida más los 18 de vuelta al día, cinco días a la semana, más algún extra de fin de semana. Pero llevaba encima bastantes kilómetros de antes de que yo la comprara de segunda mano. Estaba mayor, igual que el caballo de quien toma su nombre, que era «rocín», pero «antes».

Una bici no muere mientras tenga el cuadro entero, porque se le puede cambiar todo lo demás. Pero si se rompe el cuadro es que has hecho mucho el burro con ella:



Se puede soldar, sí. Pero no sé, no me termina de convencer el ir con el cuadro soldado (pero igual lo hago algún día si encuentro alguien que sepa hacerlo). La bici se podría quejar de que muchos humanos también estamos soldados y no pasa nada, seguimos funcionando.

Pero estoy contento. Le he dado muchísimo uso, algo que no todo el mundo hace. Me llevó a cuestas en varias escapadillas. Y tuvo un papel protagonista en el Reto Chocolatero. Me acompañó a numerosas bicis críticas, tanto en Tres Cantos, como en otros lugares. Y recientemente incluso escribió su propia entrada (algo impropio para una bici).

Es por ello que Rocinante siempre tendrá un huequecito en el corazón de los seguidores de este blog.



(Y bueno, también en mi trastero, que tenía carné de donante de órganos... digo de piezas, jeje).

Permaneced atentos a vuestros navegadores para saber quién será su sucesor.

miércoles, 11 de abril de 2012

Patinadores y esquiadores en el carril bici

Van sobre ruedas. Pero son probablemente las ruedas más pequeñas que surcan el carril bici. Me refiero, cómo no, a esa especie casi en extinción, esa rareza que nos congratula con su presencia y aporte de diversidad para esta vía, ya de por sí destinada a una minoría de personas. Hoy hablaré de los patinadores y esquiadores sobre ruedas (y no sobre nieve) que encuentro de cuando en cuando por el carril bici. Unos usuarios que ya fueron personajes secundarios de una entrada anterior.

Como es lógico, los usuarios más habituales del carril bici son los ciclistas. Detrás vienen los corredores (que a ciertas horas de la mañana incluso diría que son mayoría, al menos en las cercanías de El Goloso), peregrinos (no es de extrañar, ya que el carril bici cubre parte del Camino de Santiago de Madrid), y senderistas. Alguna vez, muy muy raramente, he visto una moto o incluso un coche que se han colado (quiero pensar que por despiste, y no para ahorrarse el atasco).

Cuando era pequeño vi una vez a un chico patinando en la Plaza de Colón y me pareció una estupenda forma de desplazarse. Di la lata a mis padres hasta que me compraron unos patines, creo que por Navidad. Enseguida aprendí a patinar y me gustaba mucho ir al Retiro a gastar las ruedas. Sin embargo, donde vivíamos las baldosas (que tenían grandes surcos transversales) eran horribles para unas ruedas pequeñas y duras como aquellas. Uno tenía que sufrir un tremendo traqueteo que convertía en una tortura el hacer patinaje por las aceras del barrio. Así que lo fui dejando. Fue lo más parecido a hacer deporte que hice durante mis años mozos.

Por aquel entonces veía a los patines y la bici como algo que simplemente era divertido, más que una forma regular de transporte. Durante mi adolescencia lo que más hacía era andar, algo muy habitual en nuestra zona del mundo (parece que a los españoles les molesta menos que a los daneses el andar durante cuarenta minutos, y muchos lo prefieren al ir en bici durante diez minutos, que es el tiempo equivalente). Pero patinar tenía su encanto, ya que al desplazarse sin levantar los pies del suelo, uno tiene una cierta sensación de volar a ras de suelo.

Como no sería lo mismo esta entrada sin fotos, para ir concluyendo aquí os dejo con una que hice a un patinador el pasado enero, cerca de la UAM:



Una cosa que no sabía era que se podía esquiar sobre ruedas. Lo aprendí en el carril bici, viendo a personas como la chica de la foto (también cerca de la UAM):



Me pregunto si la razón principal era que la pobre tenía mono de esquí «del de toda la vida». Como sabéis, el invierno ha sido muy duro para quienes les gusta esquiar, ya que apenas ha llovido (parece que hay más nieve ahora en abril que en invierno, menos mal que por una vez se cumple aquello de abril aguas mil). En la perspectiva de la foto no se ve bien, pero son algo así como unos miniesquíes de unos setenta centímetros de largo, con ruedas al principio y al final.

lunes, 2 de abril de 2012

Propuestas para mejorar el acceso central

Ya se habló en este blog sobre los nuevos accesos al carril bici de la M607. De los tres que se han realizado, el mejor parado, desde el punto de vista del ciclista urbano diario, fue el acceso central.

Sin embargo, la seguridad de este acceso de podría mejorar enormemente sin realizar apenas gasto municipal. Actualmente el ciclista tiene tres opciones:

1) si va con niños, o si tiene muy poca experiencia como ciclista urbano, lo ideal es utilizar el puente peatonal que hay enfrente al hotel Foxá. Sin embargo, esta opción, que para un ciclista ocasional puede estar bien, no es cómoda para realizarse todos los días (por ejemplo alguien que vaya en bici a trabajar a la UAM).

2) si el pedaleante tiene más confianza, se puede subir por el puente de vehículos, que está perfectamente enlazado con el carril bici desde verano de 2011. Sin embargo, en el puente los coches pasan muy cerca y, debido a la pendiente, tienen muy poca visibilidad de lo que hay al otro lado. La pendiente a su vez obliga al ciclista a ir más lento, incrementando el tiempo de exposición a los vehículos motorizados. Esto no sólo es peligroso para los ciclistas, sino también para los conductores, ya que un no-despreciable porcentaje no son lo suficientemente prudentes ni pacientes como para esperar detrás del ciclista hasta tener visibilidad, sino que invaden parte del carril contrario para adelantarlo (no quiero pensar lo que sucedería si un día hay dos ciclistas, cada uno subiendo por un lado, y dos conductores descerebrados adelantándolos a la vez).

3) una opción intermedia es subir por el puente de vehículos, pero por el lado exterior del quitamiedos. Sin embargo, es necesario bajarse de la bici, porque es muy estrecho y hay un bordillo (cuya razón de ser es para mí un misterio, porque ya está el quitamiedos para separar).

La mejora podría ser que el ciclista pueda pasar por el puente de vehículos estando protegido por el quitamiedos (al estilo de la carretera que va de la UAM a Alcobendas), pero sin tener que bajarse de la bici. En la siguiente imagen se indican los cambios que serían necesarios:




Pincha en la imagen para ampliarla


Como se puede ver, son obras de coste insignificante para un Ayuntamiento o para la Comunidad de Madrid. Por orden de prioridad yo diría:

1) quitar el bordillo que hay en la parte exterior del puente. Esto ya haría posible (incómodo, pero posible) ir en bici sin bajarse de la misma, y supondría una sensible mejora en la seguridad de ciclistas y conductores. No creo que cueste más que lo que se gasta el Ayuntamiento en cualquier zanja.
2) secundariamente: recolocar la señal de rotonda para que no esté en medio de la entrada a la parte "segura" del puente (¿a quién se le ocurrió que quedaba bien allí?)
3) secundariamente: ensanchar el espacio entre el quitamiedos y la barandilla para que se pueda ir más cómodo. No hay mucho margen, como se puede ver en la imagen, pero sí que se pueden ganar veinte centímetros (diez simplemente desplazándola, y otros diez si en vez de sujetar el quitamiedos con estructuras de L invertida lo hacemos con estructuras verticales)
4) si hay ganas: se podría ampliar un poco el quitamiedos para que protegiera a los ciclistas durante un poco más de recorrido.

El pasado diciembre nos reunimos tres miembros de Enbicipor3cantos con el ahora alcalde de Tres Cantos (entonces concejal de urbanismo) para tratar en general del uso de la bicicleta en Tres Cantos. En la reunión, Jesús Moreno se mostró muy dialogante sobre el tema que aquí se trata y algunos otros. Sin embargo acerca de las sugerencias que aquí se indican descargó la responsabilidad a la Comunidad de Madrid, que es quien al parecer tiene competencias sobre el puente.

Mi esperanza es que desde Tres Cantos se haga llegar esta propuesta a la Comunidad de Madrid, y que la Comunidad de Madrid no se lave las manos diciendo que es competencia del Ayuntamiento. Mi temor es que se proponga hacer un acceso inútil al puente peatonal, generando más conflictos de los que ya hay entre ciclistas y peatones (cuando, además, ahora mismo quien quiera ya puede ir con la bici por dicho puente, por lo que no es necesario gastar dinero en ello).

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