Un blog personal sobre el carril bici que une Tres Cantos con Madrid y Colmenar Viejo.

jueves, 15 de enero de 2009

Corriendo con el pelo congelado

En lo que a correr se refiere tengo dos objetivos ahora mismo:



(Lo de hablar en minutos por milla se debe a la costumbre heredada de mi periodo irlandés, que todo se pega).

Cuando tengo que trabajar con objetivos que son a largo plazo, para tener algo más motivador con lo que trabajar en el día a día suelo dividir mis objetivos grandes en sub-objetivos más manejables. De esta manera, me apunto diez objetivos por plazos de cinco semanas. A estos periodos de cinco semanas los llamo quinquetas (más que nada porque quinque significa cinco en latín, pero vamos que se le podía llamar de cualquier forma; lo de ponerle nombre es para reconocerle su existencia como unidad de tiempo). La presente quinqueta va del 4 de enero al 8 de febrero. Mi objetivo número 7 es el que está relacionado con correr, y dice así:

#7. «Ir corriendo de casa a la universidad [o al revés] 15 veces y correr los 15 km de la XIII vuelta pedestre de Tres Cantos»


Está añadido un resumen al final de la socorrida columna de la derecha. Como es lógico, "3KU" significa "de Tres Cantos a la Universidad", y "U3K" al revés.

La segunda parte del reto ya la he cumplido, y bien contento que estoy de ello.

En cuanto a la primera parte, más tarde añadí que para mantener un ritmo mínimo, el tramo de 8.68 km de carril bici tengo que realizarlo en menos de una hora (no es difícil si se tiene en cuenta que ya he hecho distancias equivalentes en ~42:15). Dicho recorrido ya me lo he hecho corriendo cinco veces, pero una de ellas estaba fuera del periodo de la quinqueta, y por otra parte el día de la nevada me paré muchas veces a fotos, y al final tardé algo más de una hora con lo que también queda fuera.

La tercera vez que lo hice fue ayer por la mañana, y menuda carrerita...

La tercera carrera del reto

Que conste que cuando en la encuesta de la derecha (arriba) puse la opción “Sí, mayormente con patines” me refería a patines de ruedas, no de hielo. Y es que hay días como ayer en los que más que correr parece que he salido a patinar. La combinación de niebla espesa (como si se tratara de un cuento de Sherlock Holmes) con frío intenso nocturno ha resultado en una mañana llena de placas de hielo. Hoy estaba prohibido correr sin cadenas.

Me hizo gracia ver que en carretera los carteles anunciaban “bancos de niebla”. ¡Como si no se viera! Pero es lógico, lo tienen que advertir para que los conductores no piensen que se han olvidado de limpiar las gafas antes de salir de casa. Lo que sí es cierto es que afectó mucho al tráfico: en el tramo en el que se incorporan los coches que salen de Tres Cantos iba yo corriendo mucho más rápido que ellos motorizados.

Como de costumbre, el frío no ha sido razón suficiente para que no fuera a correr. Tras los dos días de descanso autoimpuestos (debido a la carrera de 15 km que me metí el domingo en menos de 75 minutos), he vuelto a las andadas. Mochila al hombro, he salido de casa camino del trabajo.

Indiana Jones en Laponia

Sí, ha sido como una especie de peli de Indiana Jones.

Con la diferencia de que no me perseguían los nazis, ni rodaba detrás de mí ninguna bola de piedra enorme, ni llevaba en el bolsillo ningún talismán robado en algún templo.

En el km 2 me quité las gafas porque se me había empezado a formar hielo en ellas y ya casi no veía. Bueno, tampoco tengo tantas dioptrías.

La parte más chunga fue el puente de El Goloso, ese en el que el carril bici cambia de carril en el km 6.78 (según mi el sistema de referencia tricantino). Al acercarse uno al puente ya veía que las placas de hielo iban a ser de cuidado. Para subir por la rampa tuve que dejar de correr e ir muy lento sujetándome al pasamanos. No faltaron los pasos en falso. Por la rampa contigua para peatones (es decir, la que va a la parada de autobús, no la que viene desde el carril bici) iba subiendo una chica que no lo estaba pasando mejor que yo. Arriba del todo había mucha nieve, y como no había circulado mucha gente (había bastantes pisadas pero no tantas como en ciudad, claro), la nieve no se había concentrado para hacer hielo, por lo que se podía correr hasta la rampa de bajada. La bajada sí que fue complicada. Yo iba preparado para caer de culo en el momento menos pensado, pero al final me las arreglé bien y no pasó nada.

El resto del recorrido lo hice corriendo casi por completo, exceptuando el principio (que es otra rampa de bajada). En algunos tramos se me deslizaban los pies que daba gusto y tenía que ir dando pasitos muy pequeños, como si fuera un niño que está dando sus primeros pasos. No me preocupaba que viniera una bici, porque si a alguien se le había ocurrido semejande kamikazada lo más probable es que se hubiera kamikazeado al principio del circuito.

En general se podía ver por el brillo que por el centro del carril iba a resbalar algo menos, pero eso no siempre estaba garantizado, y siempre que podía me iba por fuera del carril, donde están la tierra y la gravilla. En una de estas casi me tuerzo el tobillo, porque la gravilla adyacente tenía una ligera pendiente que implicaba este peligro. Aún me duele un poco, pero si no está hinchado a estas alturas es que no va a tener consecuencias.

El misterio de la nieve ausente

Tengo una duda: ¿quitaron las máquinas quitanieves la nieve de la gran nevada del viernes? Porque nieve casi no había. Había hielo, pero eso era por la niebla y el frío. Si es así habría sudo todo un detallazo, pero tengo mis dudas. La nieve restante se encontraba exclusivamente en cuatro partes del carril bici:


  • el pricipio de los túneles (dentro no, claro, allí nunca había llegado la nieve),
  • encima de los puentes (como el de El Goloso y el de Tres Cantos),
  • debajo de los puentes (como cuando se pasa debajo de la carretera que va hacia Alcobendas),
  • y a los lados del carril.


Si hubieran quitado la nieve del carril, es posible que las máquinas no hubieran reunido condiciones de seguridad para subir al puente o no hubieran cabido en los túneles (por la altura). Pero, ¿por qué no se quitó la nieve de debajo de la carretera que va a Alcobendas? Esto me hace pensar en una segunda teoría: es posible que el carril bici absorba mucho mejor el calor que la gravilla por el tipo de material. Los días posteriores a la nevada hizo bastante sol que podría haber fundido la nieve. Pero debajo de los túneles, de la carretera y en las rampas de los puentes no habría llegado mucha luz, por lo que no fundió toda la nieve. Esta teoría tiene un punto flojo: ¿por qué no derritió el sol la nieve encima de los puentes? De modo que no estoy seguro ni de una cosa ni de la otra.

Si alguen sabe algo, que me deje un comentario. Y si no, que lo deje igualmente, ¡que no voy a hablar yo solo, caramba!

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