- un pastor alemán cerca de la bifurcación hacia Alcobendas,
- un dálmata que hay en una casa con jardín entre el puente verde del sur de Tres Cantos y el puente rojo (el que hay un poco más al sur),
- un amiguete del dálmata que hay en una casa justo detrás,
- una mastina que hay en una zona de vacas entre Tres Cantos y Colmenar Viejo.
Hoy hablaré del dálmata y su amigo.
Respecto al señor dálmata hay diferencia de opiniones (al que llamo simplemente "dálmata" porque no conozco su nombre). Según algunos es un gran joputa, que ladra a todo el que pasa, especialmente si va corriendo, y si no hubiera valla le metería un ñasco al que se le pusiera delante allí donde la espalda pierde su nombre.
Según otros (por ejemplo, yo mismo), es un majete que hace muy bien su trabajo como vigilante y que está muy bien cuidado por sus dueños. Está muy sano, y además no le faltan juguetes ni compañía. Sólo ladra cuando ve algo raro, como por ejemplo cuando alguien va corriendo (algo que sucede como mucho una vez por hora por el carril bici). Si alguien va en bici sólo ladra si es de noche (supongo que porque de día pasa una bici cada cinco o diez minutos y tampoco es plan de cansarse pa' na').
Aquí le tenemos un día en que nevaba:
En esta foto sale con uno de sus juguetes preferidos, un balón que tiene ya requetepinchado. Me hace mucha gracia su capacidad para ladrar sin soltar el balón.
Le tengo especial cariño a este perro, porque me recuerda mucho al buenazo de Cosme, un medio mastín que tiene mi madre. Él también cumple muy bien con su labor de guardián del jardín, y pide muy poco a cambio, aunque tratamos de darle las cantidades industriales de cariño que merece.
Un día me fijé en que el dálmata tiene un amiguito que ladra a la par, y que está en una casa un poco más alejada del carril bici. La foto no es muy buena, pero aquí se le ve estando de servicio:
A falta de un nombre mejor, le llamo "amigo del dálmata". De este perro sé un poco menos, porque no vive junto al carril bici, sino un poquito más lejos.
Y ya basta por hoy. Otro día os cuento de los otros simpaticorros que figuran en el censo perruno carrilbicicletero.
4 comentarios:
¡Se echaba de menos una entradica por aquí! Parece que, con la nieve, estás publicando con carácter retroactivo (hoy, precisamente, que ha llegado la primavera)
Un abracete,
OLI I7O
Pues sí, la nevada en cuestión fue del 11 de enero. Estaba aún medio griposo y no me atreví a correr entre la nieve como otras veces, así que me dediqué a andar tranquilamente echando fotos.
Bonitas fotos.
Creo que a veces el dálmata tiene compañía. No estoy seguro.
Cierto, este verano había otro perrete negro que estaba siempre en la retaguardia, normalmente tumbado, estirándose o bostezando. Estando el dálmata ladrando y el otro detrás parecía un poco aquello que se dice mucho: "en este país siempre hay uno currando y cinco mirando", jeje.
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