Rex es un pastor alemán que ahora tiene cuatro años y que vive en una casa que hay cerca de la rotonda donde está la desviación hacia Alcobendas. Es también muy bueno en su trabajo. Normalmente, cuando paso por allí suelo silbar o tocar el timbre, ya que hay que pasar por un túnel antes de llegar a la Autónoma y es importante que un posible ciclista al otro lado sepa de mi presencia. Rex casi siempre se percata y aunque no me vea, suele ladrar.
Desde aquí, si me lee su amo, le doy las gracias por enviarme esta foto, ya que aquel día la batería de Ceniciento andaba floja.
2 comentarios:
¡Queda la mastina! Seguro que te rex-ervas lo mejor para el final.
OLI I7O
Veo que sigues atentamente las entradas ;) pues sí, lo mejor queda para el final. Pero... lo mejor ¿para quién? Ahhh, ¡misterio!
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