Un blog personal sobre el carril bici que une Tres Cantos con Madrid y Colmenar Viejo.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Corriendo de Tres Cantos a Plaza Castilla

Algunos corredores somos un poco lo contrario a Pinocho: él era un muñeco de madera que quería ser un niño blandito al que se le pudiera dar un pellizco en el culo. Nosotros los corredores, sin embargo, nos esforzamos cada día por tener piernas que parezcan de madera, y que al que intente darnos un pellizco se le parta el dedo.

Bueno, probablemente tampoco sea eso, pero oye, de alguna manera había que empezar esta entrada, que si no se hace muy aburrido. Y es que en mi afán por mejorar tiempos, me he dado cuenta de que no estoy mejorando mucho distancias.

En lo que a tiempos se refiere, los tengo de todos los colores y tamaños: tengo tiempos rapiditos, tiempos lentos, tiempos que empiezan muy bien y acaban tortugueros, tiempos que se mantienen constantes durante todo el recorrido, tiempos dignos de una película de miedo (aquellos en los que uno revienta y se acerca a la hora). Bueno, sí, me faltan tiempos de menos de 42 minutos, pero oye, el que tenga uno de esos repetidos, que no sea tacaño y que me lo pase para la colección (yo le puedo dar tiempos de los de peli de miedo, que también los tengo repes).

Pues eso, que tiempos, todos los que queráis. Pero recorridos, siempre el mismo, ya que me limito a hacer el recorrido UAM - Tres Cantos (o al revés) una y otra vez. Así que para cambiar de aires, estoy corriendo distancias más largas una vez a la semana. Por ejemplo, el otro día quedé con un amigo para desayunar en Plaza Castilla y me fui corriendo desde la Plaza de la Peseta de Tres Cantos. Dieciocho kilómetros. Y oye, ¡qué bien que me sentó! También porque era domingo muy de mañana y me pude hacer todo Fuencarral sin contar con la compañía de esos adorables vehículos de tracción mecánica que salen por todas partes como si yo fuera de los que corren con un paquete de donetes.



En la foto de aquí arriba se ven las cuatro torres desde El Goloso. Asoman desde el horizonte, como si estuvieran jugando al escondite y no quisieran que las pille. La verdad es que impresiona verlas tan pequeñas y pensar que uno va a correr hasta allí. De hecho, a veces da la impresión de que según se acerca uno, ellas se van alejando. Pero no, ahí están, estáticas.

Curiosamente, por mejorar distancias, he empeorado un poco los tiempos, ya que el viernes pasado corrí 20 km (una ida y vuelta a la Autónoma). El domingo siguiente me había apuntado a los 10 km de Rivas, y yo aún seguía sin estar al 100% desde el viernes. Resultado: 48:50, bastante peor que en mi última carrera (los 10 km de la carrera de otoño de Tres Cantos). Sobre todo teniendo en cuenta que el año pasado en los 10 km de Rivas hice mi MMP, 44:59. Pero es que por una extraña ley de la física, resulta que hay una relación muy estrecha entre el tamaño del michelín y la velocidad a la que se desplaza el propietario de dicho michelín.

Ya lo decía Newton: F = m * a.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Cuando vayas en bici, usa el casco

Edición a 4 de agosto de 2012: de acuerdo con las recientes declaraciones del Ministro del Interior acerca de la intención de instaurar el casco como elemento obligatorio en ciclistas, se hace necesario aclarar que, si bien el autor de este blog recomienda el uso del casco, se opone a su obligatoriedad en general. Si los lectores están interesados en profundizar este debate, se ruega dejar un comentario, o utilizar en twitter el hashtag #NOalCascoObligatorioConBici

Tras seis años como ciclista urbano, puedo decir que en la inmensa mayoría de mis kilómetros en bici siempre he llevado el casco puesto (algo que no todos los pedaleantes del carril bici secundan). El casco es uno de esos objetos que no sirve para nada casi nunca. Pero cuando sirve te puede salvar la vida. Yo ya he tenido tres o cuatro caídas menores con la bici, pero nunca me había golpeado la cabeza, por lo que el casco no fue parte activa de mi protección.



Sin embargo, el pasado lunes 8 de noviembre volvía yo del laboratorio por la noche. Si lo recordáis, fue un día con vientos muy fuertes, de esos en los que cuesta mantenerse en equilibrio en la bici (e incluso de pie). Al pasar la curva del puente verde, que es cuesta abajo, y con la escasa iluminación que había... me encontré con algo. Y cuando vi lo que era, era ya demasiado tarde para frenar o esquivarlo: un árbol (no muy grande, pero un árbol), que el viento había arrancado y tirado. Se había quedado cruzando el carril bici, con el tronco a una altura de metro y medio del suelo. Lo único que pude hacer al verlo fue bajar la cabeza. Oí como la rama principal golpeaba fuertemente con el casco, y algunas ramas secas secundarias saltaron por los aires. Y yo como si nada. ¡Si no hubiera llevado protección estoy más que seguro de que no me habría quedado tan contento!

Paré la bici y aparté el árbol, dejándolo a un lado del carril bici (ahí sigue). Si llevar casco seis años ha servido para ahorrarme semejante coscorrón, ¡bienvenido sea!

Así que no seáis tontos, y llevad el casco. Hay cosas que uno no puede predecir.

lunes, 8 de noviembre de 2010

El reto chocolatero - 340 km

Al final esta semana se aprovecharon unos 50 km para superar el reto chocolatero. Quizá algunos os preguntéis que, (1) habiendo 10 km de distancia entre mi casa y el laboratorio, y (2) yendo 5 veces por semana al laboratorio sin usar medios mecanizados, ¿cómo es posible que no consiga sacar 100 km por semana?

Bueno, lo cierto es que sí que me hago unos 100 km cada semana (excepto cuando tengo fiebre por lo que sea, o cuando voy acompañando a alguien; y alguna vez porque me sale de las narices, faltaría más), pero no siempre los hago con Rocinante. Algunas veces recorro esa distancia corriendo, y cuando hago eso Rocinante se queda en la Universidad, así que para volver al día siguiente, tengo que volver también corriendo (lo que yo llamo fórmula 1+2+1), o bien me vuelvo con Rucio (la bici de montaña), el cual no tiene cuentakilómetros (y si lo tuviera, no sería tan chulo como el cuentakilómetros analógico de Rocinante, claro).

Bueno, haciendo recuento de los apuntados al reto chocolatero, tanto los que ya estaban apuntados como los nuevo, tenemos:

* José Sen-Sey
* Verdinha
* Oli
* Margoth
* Jota
* Julián (Julián, apuntado a la apuesta estás, así que si al final te tengo que invitar, te invitaré cuando vengas, ¡porque imagino que algún día vendrás por estos parajes!)
* Pingüina Veloz
* Kiwi (¡bienvenido al blog!)

También participan
* Cosme
* Lola

pero estos dos, debido a su predisposición genética a tener diabetes, no van a apostar por chocolate, sino por un suculento hueso de cuero de los que se venden especialmente para cánidos.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Actualización sobre el Reto Chocolatero

Muy buenas, lectores. Esta es una actualización acerca del Reto Chocolatero. A menos de tres meses para que se cumpla el fatídico plazo, ya llevo casi 289 kilómetros con Rocinante, como se puede deducir de la foto que sigue a este párrafo.



No hace falta ser físico teórico (basta con hacer una sencilla regla de tres) para ver que me sale que a este ritmo debería tener hechos 937 kilómetros (2937, si tenemos en cuenta la distancia recorrida desde que tengo a Rocinante) para cuando se cumpla el plazo la medianoche entre el 31 de enero y el 1 de febrero. Esto significa que me quedaría corto por unos 63 kilómetros. Y no me hace ninguna gracia tener que hacérmelos todos juntos la tarde del último día, así que una de dos (a) o voy espabilando, o bien (b) tendré que disponerme a invitar a los cinco lectores que dejaron su comentario en la entrada correspondiente.

Hay tensión en el ambiente. Y para aumentar la tensión aún más... ¡¡atención!! Se da una segunda oportunidad a los que no dejaron comentario la vez anterior: quien deje un comentario en esta entrada antes de la media noche del viernes 5 de noviembre, también será invitado a chocolate con churros/porras en la chocolatería de Vallecas (siempre y cuando no consiga yo completar los 1000 kilómetros con Rocinante antes de la media noche del 31 de enero, claro).

Con eso lo digo to'...