El último día ya notaba problemas: se me salía la cadena del plato, y no sabía por qué. Me pasé como una hora y pico ajustando el cambio frontal como un tonto, sin darme cuenta de que lo que estaba roto realmente era el cuadro... por eso no llegaba bien la cadena a donde tenía que llegar (y se salía).
En esta foto se ve tal y como está ahora mismo (el círculo señala la lesión):
Y aquí la "herida":
Esta es la cara que se me quedó esta mañana, cuando tuve que cogerme el 827 para ir al trabajo:
No ha sido la bici con la que aprendí a pedalear, pero sí la bici con la que empecé a ser ciclista urbano, hace cinco años. Ya estaba usada, y le he dado tal machaque que ya no aguantó más. Los viajes más memorables con ella han sido dos: el de Madrid a Escalona en septiembre de 2006 (justo antes de irme a Irlanda), y el de vuelta, de Escalona a Tres Cantos, este febrero (¿o fue marzo?).
2 comentarios:
Ya no las hacen como antes.
en mi comunión me regalaron una de carreras y todavía la uso en verano.
Tampoco me puedo quejar... ¡esta me cayó del cielo!
Publicar un comentario